lunes, 11 de febrero de 2013

Apropósito del 14 de febrero


Los ¡ah! morosos

“el amor es el silencio más fino, 
el más tembloroso, el más insoportable”
J. Sabines


Hoy los amorosos no callan,
el amor puede ser el negocio más fino,
el más lucrativo, el más rentable.
Los amorales juzgan.
Hoy, los amorosos no pueden olvidar,
salen a la calle, buscan, no buscan nada,
pero encuentran, andan con los lobos,
con los morosos que lo saben todo,
los que llevan a perpetuidad el pago diario
sin saber que acribillan al amor.
Los amorosos siguen llorando,
lejos de salvar al amor, presencian la falsa idolatría
la insoportable culpa de saber que no están solos
andan en la boca de dios y en las manos del diablo.
Los amorales son la ninfa del cruento,
venden postales de brazo en brazo
y la cabeza se les hincha de helio
con forma de corazón para engastarlos.
Nadie ha de rebajarse,
dicen que nadie ha de rebajarse,
los morosos se enorgullecen de toda falsedad
entran a las cuevas, hambrientos, lujuriosos
juegan a coger, a montar fantasías,
los morosos juegan el breve y triste coito del amor,
vacios, pero vacios del alma y de la vida
la cuenta les revienta los bolsillos
y ellos marginan, gastan hasta la madrugada
en que comienza un viejo día ,
les llega un olor a  rutina construida
a ríos de smog y una fecha cumplida.
Los morosos se cruzan con los amorosos,
que van cantando entre labios
una canción no aprendida;
y se van, regresan a la monotonía.

Y el amor vuelve a ser el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.

Eduardo Larios